TDAH y bruxismo: cómo están relacionados y qué puedes hacer para aliviarlo
Si tienes TDAH o conoces a alguien que lo tiene, seguramente sabes lo complicado que puede ser manejar el día a día. Las tareas se acumulan, la mente no para, y el estrés parece ser un compañero constante. Ahora, imagina que todo ese estrés no solo afecta tu mente, sino también tu cuerpo, específicamente tu mandíbula. Sí, estamos hablando del bruxismo, ese hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, que puede causar desde dolores de cabeza hasta problemas dentales serios. Pero, ¿sabías que el TDAH y el bruxismo están más conectados de lo que parece? Vamos a explorar esta relación de una manera sencilla y cercana.
¿Qué es el TDAH y qué tiene que ver con el bruxismo?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno que afecta tanto a niños como a adultos. Se caracteriza por la dificultad para concentrarse, la hiperactividad y la impulsividad. Por otro lado, el bruxismo es ese hábito de apretar o rechinar los dientes, muchas veces mientras dormimos. Aunque parecen problemas completamente diferentes, tienen algo en común: el estrés, la ansiedad y los problemas de sueño.
De hecho, hasta el 70% de las personas con TDAH tienen algún tipo de trastorno del sueño, lo que aumenta las probabilidades de desarrollar bruxismo. Y si alguna vez has despertado con dolor en la mandíbula o incluso has escuchado a alguien rechinar los dientes mientras duerme, sabes lo molesto que puede ser.
El cerebro y sus dos «modos»: estrés o relajación
Para entender mejor esta conexión, hablemos de cómo funciona nuestro cerebro. Imagina que tiene dos «modos principales», como si fueran interruptores:
- El modo «huir o luchar» (sistema simpático): Este es el modo que se activa cuando estamos estresados o en peligro. Por ejemplo, si un perro grande te ladra, tu corazón late más rápido, tus músculos se tensan y estás listo para correr. Este sistema es útil en situaciones de emergencia, pero si está activo todo el tiempo, como cuando vivimos con estrés constante, puede causar problemas. ¿El resultado? Músculos tensos, incluyendo los de la mandíbula, lo que puede llevar al bruxismo.
- El modo «relajarse y recuperarse» (sistema parasimpático): Este es el modo que se activa cuando estamos tranquilos, como cuando estamos en la playa escuchando las olas. Este sistema ayuda a que nuestro cuerpo se relaje, los músculos se suelten y podamos descansar. Pero si no logramos activar este modo con frecuencia, nuestro cuerpo se queda atrapado en el estrés, lo que empeora el bruxismo y otros problemas relacionados con el TDAH.

¿Por qué las personas con TDAH son más propensas al bruxismo?
La relación entre el TDAH y el bruxismo no es casual. Hay varias razones que explican esta conexión:
1. Ansiedad y estrés:
Las personas con TDAH suelen sentirse abrumadas por las tareas diarias, los plazos y la dificultad para concentrarse. Este estrés acumulado puede manifestarse físicamente en forma de bruxismo, especialmente durante la noche. Es como si el cuerpo intentara liberar toda esa tensión acumulada mientras dormimos.
2. Hiperactividad y dificultad para relajarse:
La hiperactividad característica del TDAH no solo afecta durante el día, sino también por la noche. Muchas personas con TDAH tienen problemas para «apagar» su mente y relajarse, lo que puede llevar a episodios de bruxismo nocturno.
3. Problemas de sueño:
El TDAH está estrechamente relacionado con trastornos del sueño, como el insomnio o la apnea del sueño. Y cuando no dormimos bien, nuestro cuerpo no se recupera como debería, lo que puede intensificar tanto el TDAH como el bruxismo.
4. Medicamentos para el TDAH:
Los medicamentos que se usan para tratar el TDAH, como los estimulantes, pueden tener un impacto en el bruxismo. Por un lado, ayudan a reducir el estrés y mejorar la concentración, lo que podría disminuir el bruxismo. Pero, por otro lado, algunos efectos secundarios como el insomnio o la tensión muscular pueden empeorar el problema. Por eso, es importante trabajar con un médico para ajustar la dosis o cambiar de medicamento si es necesario.
¿Cómo saber si tienes bruxismo?
El bruxismo puede ser difícil de detectar porque muchas veces ocurre mientras dormimos. Sin embargo, hay algunos síntomas que pueden darte una pista:
- Desgaste dental: Si notas que tus dientes están más planos o desgastados, podría ser una señal de bruxismo.
- Dolor mandibular: La tensión en la mandíbula puede causar molestias al masticar o incluso al hablar.
- Dolores de cabeza: Los dolores de cabeza, especialmente en las sienes, son comunes en personas con bruxismo.
- Problemas de sueño: Si te despiertas cansado o con dolor en la mandíbula, es posible que estés rechinando los dientes durante la noche.
¿Cómo activar el modo «relajarse»?
La buena noticia es que hay formas de ayudar a tu cuerpo a relajarse y reducir el bruxismo. Aquí tienes algunas técnicas que pueden marcar la diferencia:
- Respiración profunda: Dedica unos minutos al día a inhalar lentamente por la nariz contando hasta 4, y luego exhalar por la boca contando hasta 6. Esto puede ayudarte a reducir la tensión muscular y a dormir mejor.
- Meditación o mindfulness: Cierra los ojos, concéntrate en tu respiración o en sonidos tranquilos, y deja que tu mente se calme.
- Ejercicio suave: Actividades como el yoga o los estiramientos no solo relajan los músculos, sino que también ayudan a que tu mente se sienta más tranquila.
Conclusión: Un enfoque integral para mejorar tu calidad de vida
La relación entre el TDAH y el bruxismo es compleja, pero entenderla es el primer paso para manejar ambas condiciones. Si tienes TDAH y sospechas que podrías estar lidiando con bruxismo, no estás solo. Con un enfoque integral que incluya tratamiento médico, técnicas de relajación y cambios en el estilo de vida, es posible mejorar significativamente tu calidad de vida.
Recuerda, buscar ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Habla con tu médico, dentista o terapeuta para encontrar las soluciones que mejor se adapten a ti. ¡Tu bienestar lo vale!